Dependiendo de qué tan activo estás en redes sociales como TikTok, Instagram o Twitter, quizás hayas visto uno de los últimos memes de moda: en respuesta a la clásica pregunta “¿Cuál es el trabajo de tus sueños?”, los jóvenes están respondiendo con la provocativa respuesta, “Yo no sueño con trabajo”.
Es fácil descartar el chiste como un fenómeno más de la cultura pop actual pero, a diferencia de otros videos de animales o de baile, éstos han atraído cierta atención de los medios. Estas voces, música e imágenes ofrecen una postura graciosa acerca de la naturaleza del trabajo y su cambiante rol en nuestras vidas.
¿UN PROBLEMA DE EDAD?
Debido a que gran parte de este contenido está siendo generado por jóvenes, es tentador superponer estereotipos y prejuicios relacionados con la ética laboral de las nuevas generaciones en esta conversación cultural (porque eso es lo que es, aunque sea peculiar). Y muchos lo han hecho.
Pero seamos realistas – esto no es un problema generacional. Nadie, independientemente de la edad, “sueña con el trabajo”. No nos despertamos por la mañana con ganas de otro día sudando al sol o encorvados sobre un teclado, elaborando entregas y cumpliendo plazos. Y cualquier líder que crea eso probablemente se enfrente a una epidemia de fatiga, insatisfacción y desconexión.
Sin embargo, esto no significa que estemos condenados a una fuerza laboral desprovista de motivación, inspiración o alegría. Lo que significa «No sueño con el trabajo» es que los líderes deben profundizar -dentro de sí mismos y con sus empleados y empleadas- para descubrir y aprovechar lo que la gente sí sueña. Luego, intentar realizar esos sueños dentro del contexto del trabajo.
CON QUÉ SÍ SUEÑAN LAS PERSONAS
La buena noticia es que el lugar de trabajo es un entorno lleno de oportunidades para hacer que la gente cumpla sus sueños, día tras día. Éstos son algunos ejemplos.
Contribución.
La gente sueña con marcar la diferencia, con estar al servicio y alinearse con un propósito superior. El trabajo es un vehículo ideal para expresar de manera profunda este anhelo humano común. Ya sea a través del empleo en una organización que está haciendo del mundo un lugar mejor o reconociendo su papel esencial para hacer que algo suceda, las personas pueden realizar el sueño de contribuir.
Conexión.
Cultivar relaciones significativas, profundizar redes de apoyo y rodearnos de la experiencia de una comunidad son necesidades profundamente personales con las que muchas personas sueñan. Pueden realizar estas necesidades a través del trabajo que eligen hacer.
Desafío.
El logro, la realización y el reconocimiento están en el corazón de lo que muchas personas sueñan. Y todo esto se puede encontrar en nuestras vidas de vigilia a medida que nos extendemos más allá de lo conocido, entramos en la zona de incomodidad, probamos cosas nuevas y emocionantes, aceptamos desafíos emocionantes, satisfacemos el alma y servimos a la organización.
Elección.
La autonomía se ha convertido en uno de los problemas laborales más apremiantes de la actualidad. Las personas sueñan con un mayor control y la capacidad de tomar decisiones significativas sobre sus trabajos: cómo, cuándo y dónde. La flexibilidad es el sueño de muchos. Ejercer este tipo de elección y toma de decisiones alimenta el compromiso, la satisfacción, el aprendizaje y el crecimiento del individuo, sin mencionar la retención y los resultados para la organización.
Y esto es sólo el principio. La experiencia de un empleado en el trabajo puede cumplir el sueño de una mayor competencia, confianza, satisfacción y más. Pero esto solo puede suceder cuando los líderes se comprometen a comprender qué es lo que motiva, interesa e inspira a sus equipos. Sólo entonces los empleados pueden cultivar una cadencia conversacional que les permita conectarse con otros y conectar el trabajo con sus sueños.
“No sueño con trabajo” no es incorrecto. Pero tenemos sueños grandes, hermosos y audaces que, con intención y apoyo, pueden encontrar expresión dentro de los lugares de trabajo y traer significado fuera de ellos.
8 consejos para mantener la apertura y la curiosidad durante conversaciones difíciles
Es fácil descartar el chiste como un fenómeno más de la cultura pop actual pero, a diferencia de otros videos de animales o de baile, éstos han atraído cierta atención de los medios. Estas voces, música e imágenes ofrecen una postura graciosa acerca de la naturaleza del trabajo y su cambiante rol en nuestras vidas.
¿UN PROBLEMA DE EDAD?
Debido a que gran parte de este contenido está siendo generado por jóvenes, es tentador superponer estereotipos y prejuicios relacionados con la ética laboral de las nuevas generaciones en esta conversación cultural (porque eso es lo que es, aunque sea peculiar). Y muchos lo han hecho.
Pero seamos realistas – esto no es un problema generacional. Nadie, independientemente de la edad, “sueña con el trabajo”. No nos despertamos por la mañana con ganas de otro día sudando al sol o encorvados sobre un teclado, elaborando entregas y cumpliendo plazos. Y cualquier líder que crea eso probablemente se enfrente a una epidemia de fatiga, insatisfacción y desconexión.
Sin embargo, esto no significa que estemos condenados a una fuerza laboral desprovista de motivación, inspiración o alegría. Lo que significa «No sueño con el trabajo» es que los líderes deben profundizar -dentro de sí mismos y con sus empleados y empleadas- para descubrir y aprovechar lo que la gente sí sueña. Luego, intentar realizar esos sueños dentro del contexto del trabajo.
CON QUÉ SÍ SUEÑAN LAS PERSONAS
La buena noticia es que el lugar de trabajo es un entorno lleno de oportunidades para hacer que la gente cumpla sus sueños, día tras día. Éstos son algunos ejemplos.
La gente sueña con marcar la diferencia, con estar al servicio y alinearse con un propósito superior. El trabajo es un vehículo ideal para expresar de manera profunda este anhelo humano común. Ya sea a través del empleo en una organización que está haciendo del mundo un lugar mejor o reconociendo su papel esencial para hacer que algo suceda, las personas pueden realizar el sueño de contribuir.
Cultivar relaciones significativas, profundizar redes de apoyo y rodearnos de la experiencia de una comunidad son necesidades profundamente personales con las que muchas personas sueñan. Pueden realizar estas necesidades a través del trabajo que eligen hacer.
El logro, la realización y el reconocimiento están en el corazón de lo que muchas personas sueñan. Y todo esto se puede encontrar en nuestras vidas de vigilia a medida que nos extendemos más allá de lo conocido, entramos en la zona de incomodidad, probamos cosas nuevas y emocionantes, aceptamos desafíos emocionantes, satisfacemos el alma y servimos a la organización.
La autonomía se ha convertido en uno de los problemas laborales más apremiantes de la actualidad. Las personas sueñan con un mayor control y la capacidad de tomar decisiones significativas sobre sus trabajos: cómo, cuándo y dónde. La flexibilidad es el sueño de muchos. Ejercer este tipo de elección y toma de decisiones alimenta el compromiso, la satisfacción, el aprendizaje y el crecimiento del individuo, sin mencionar la retención y los resultados para la organización.
Y esto es sólo el principio. La experiencia de un empleado en el trabajo puede cumplir el sueño de una mayor competencia, confianza, satisfacción y más. Pero esto solo puede suceder cuando los líderes se comprometen a comprender qué es lo que motiva, interesa e inspira a sus equipos. Sólo entonces los empleados pueden cultivar una cadencia conversacional que les permita conectarse con otros y conectar el trabajo con sus sueños.
“No sueño con trabajo” no es incorrecto. Pero tenemos sueños grandes, hermosos y audaces que, con intención y apoyo, pueden encontrar expresión dentro de los lugares de trabajo y traer significado fuera de ellos.
Fuente: Espacio Mutuo.
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