Ejercer una jefatura por primera vez puede ser increíblemente gratificante… pero también conlleva muchas transiciones y desafíos.

“Cuando empecé en mi rol de gerente por primera vez, fracasé miserablemente”, confiesa Nikki Barua, CEO y cofundadora de la plataforma Beyond Barriers. “Como colaboradora individual de alto rendimiento, estaba ansiosa por ser ascendida a gerente. Pero cuando finalmente llegué allí, tuve problemas para delegar y terminé asumiendo el trabajo de todos, solo para sentirme abrumada. Estaba impaciente con mi equipo y establecí metas imposibles sin empoderarlos para llegar allí. Aunque nunca comuniqué mi visión, me frustraba cuando mi equipo no entendía las expectativas. Mientras ponía cara de valiente frente al resto, en el fondo me sentía como una impostora que no sabía cómo hacer el trabajo”.

Lo que muchos trabajadores y trabajadoras esperan les resulte fácil termina convirtiéndose en un desafío impresionante: no entienden las complejidades y los matices del cargo, lo cual erosiona su confianza a diario. 

Pero no te preocupes: la mejor manera de aprender a ser un gran líder es aprender de los mejores. Si no tienes un mentor a tu disposición, aquí hay un libro de jugadas para ayudarte a tener éxito.

CAMBIA TU MENTALIDAD

• Hacer las cosas bien. 

Tus éxitos como colaborador individual son el resultado de hacer las cosas bien. Pero hay una diferencia entre hacer las cosas bien y dejar las cosas bien hechas. Los gerentes primerizos a menudo sienten que necesitan hacer todo por sí mismos para garantizar resultados positivos. Pero no delegar conduce al agotamiento y a sentirse abrumados, al mismo tiempo que impide que los miembros del equipo crezcan. Cambia tu mentalidad para hacer las cosas al empoderar y desarrollar a tu equipo. Si bien esto puede requerir tiempo de capacitación adicional, conducirá a una mayor productividad más adelante.

• Inculcar una cultura de aprendizaje constante. 

Adopta una mentalidad de crecimiento para que puedas asumir riesgos, aprender del fracaso y buscar retroalimentación. Para ser un gerente eficaz, debes cambiar tu mentalidad de «saberlo todo» a «aprender siempre». Construir una cultura inclusiva donde todos tengan un sentido de pertenencia y se celebren las diversas perspectivas. Aprovecha la mentalidad de colmena en tu equipo para crear un entorno en el que se adopten las mejores ideas.

• Fomentar las relaciones. 

Puede ser fácil concentrarse demasiado en completar tareas y cumplir con los plazos, y no lo suficiente en construir relaciones y apoyar a tus equipos. Las personas no renuncian a sus trabajos: renuncian a sus jefes. Cambia tu mentalidad hacia el empoderamiento del equipo por sobre la gestión de tareas. Cuando los miembros de tu equipo se sientan valorados por ti y conectados personalmente con la misión, estarán intrínsecamente motivados para estar a la altura de cualquier desafío.

EXPANDE TUS HABILIDADES

• Comunicarse de manera efectiva. 

Como líder, eres responsable de establecer prioridades para tu equipo. Anotar un par de prioridades y compartirlas en una reunión no es suficiente. Al compartir tareas, perfeccionar tus habilidades de comunicación es fundamental. ¿Cuál es tu visión para la tarea en cuestión? ¿Cuáles son los pasos necesarios para llegar allí? ¿Qué expectativas tienes? Definir el éxito para el equipo implica reiterar estos mensajes con más frecuencia de lo que crees necesario para garantizar que todos estén alineados colectivamente hacia las metas.

• Desbloqueo de potencial. 

Ser líder implica mucho más que pensar en tu propio crecimiento y éxito, sino también desbloquear el potencial de talento de tu equipo. Conoce a los integrantes y haz preguntas para comprender qué los motiva. ¿Qué los impulsa a tener éxito? ¿Qué los hace sentir realizados? Aprovecha sus motivaciones intrínsecas para que puedas alinear tu enfoque con sus fortalezas y pasiones. Cuando las personas están alineadas con su verdadero norte, el éxito se vuelve inevitable.

• Establecer responsabilidad: 

Entregar la responsabilidad a otra persona y asumir que ya no es tu problema es abdicación, no delegación. Dominar las técnicas de rendición de cuentas es esencial para que puedas evitar la trampa de no delegar lo suficiente o delegar demasiado. Establece tu responsabilidad al:

• Asignar tareas a la persona con las habilidades adecuadas.
• Confirmando que entienden las expectativas.
• Obteniendo su compromiso de que pueden entregar lo esperado. 

ALISTA TUS HERRAMIENTAS

• Preguntas de coaching.

Los grandes líderes son grandes entrenadores. Resiste la tentación de responder a cada pregunta del tipo «¿cómo debería hacer X cosa?” y, en su lugar, dirige con preguntas de entrenamiento para guiar a las personas a encontrar sus propias soluciones. Haz preguntas como: “¿Cómo crees que deberíamos abordar este problema? ¿Cuál es tu instinto aquí? ¿Qué crees que el cliente X va a preguntar a continuación?”. Al hacer una pausa y luego reemplazar tu recomendación con una pregunta abierta, ayudarás a los miembros de tu equipo a descubrir soluciones, volverse autosuficientes y ganar confianza.

• Círculos de retroalimentación. 

Todo lo que quieres está al otro lado de una conversación incómoda. Si bien es más fácil evitar conversaciones incómodas, la evasión también te impide obtener lo que deseas y construir relaciones más sólidas. Establece círculos de retroalimentación 360° para que puedas dar y recibir comentarios sinceros. Lleva a cabo reuniones individuales con los miembros de tu equipo y proporciona comentarios constructivos con ejemplos específicos. 

• Priorizar el bienestar. 

Ser un buen líder implica priorizar tu propio bienestar también. Como gerente, deberás equilibrar tu propia carga de trabajo con las necesidades de tu equipo y organización. Para evitar sentirte abrumado, aprende a administrar tu tiempo enfocándote en lo correcto en el momento correcto. Si bien es un acto de equilibrio constante, esto significa eliminar sin piedad las prioridades bajas, las distracciones y el multitasking. Administra tu energía siguiendo un régimen diario saludable que funcione para ti. 

Fuente: Espacio Mutuo