Existe una palabra mágica que pueden aumentar la productividad, mejorar la colaboración entre los empleados y empleadas, hacer que los gerentes sean más efectivos y mejorar el desempeño corporativo.

«Gracias».

Así es, incluso las expresiones básicas de agradecimiento tienen efectos notablemente poderosos. Saber que los demás –ya sean gerentes, colegas o clientes– aprecian nuestras acciones nos hace sentir valorados. Y cuando te sientes valorado por alguien, piensas mejor en ellos y estás más dispuesto a hacer todo lo posible para ayudarlos.

Pero si bien mostrar gratitud no es difícil, no siempre es obvio cómo hacerlo bien. Y los matices pueden marcar la diferencia.

UN PEQUEÑO GESTO DE GRATITUD, UN GRAN PASO PARA LA HUMANIDAD

En un experimento, se pidió a los participantes que editaran una carta de presentación. A algunos les agradeció la persona a la que ayudaron y a otros no. Después de eso, se pidió a los participantes que editaran una segunda carta. Los que recibieron las gracias dedicaron un promedio de 15% más de tiempo a la tarea que los que no recibieron las gracias: 23 minutos, en comparación con 20.

La razón por la que trabajaron más duro es la parte más importante de la historia: se sintieron valorados, lo que ayuda a construir una relación de alta calidad con la persona que te valora. Las relaciones de alta calidad son aquellas a las que damos prioridad, que nos mantienen con energía, en las que confiamos cuando las cosas se ponen difíciles. Y son aquellos por los que estamos dispuestos a hacer sacrificios.

Los efectos de la gratitud no son sólo psicológicos. Los equipos en los que alguien expresa su gratitud incluso antes de comenzar a ejecutar una acción no muestran una respuesta de amenaza cardiovascular durante la tarea estresante, lo que marca la diferencia: no reaccionan al trabajo como si se tratara de una amenaza, sino como un desafío. 

“GRACIAS… A TI”

Con demasiada frecuencia, cuando agradecemos a alguien por ayudarnos, nos enfocamos en nosotros mismos. Podríamos decir, por ejemplo, “Muchas gracias por cubrirme en esa reunión. ¡Estoy tan aliviado de no haber tenido que hacerlo!”. Pero es mucho más efectivo concentrarse en las contribuciones de la otra persona: “¡Muchas gracias por cubrir esa reunión por mí, realmente lo hiciste increíble uniéndote al último minuto!”. 

No es que esté mal decir que estás feliz o aliviado, pero centrarte en la otra persona hace que se sienta más valorada. Toda la evidencia sugiere que éste es el ingrediente activo de por qué las expresiones de gratitud marcan la diferencia para las personas que las escuchan. Enfatiza el “a ti” del “gracias”. 

HONESTIDAD, ANTE TODO

En las investigaciones, se les pregunta a las personas, ya sea a la persona a la que se agradece o a alguien que observa el agradecimiento, qué tan genuina parece la persona agradecida. ¿Parecen realmente entender, validar y preocuparse por la persona a la que están agradeciendo?

Los hallazgos sugieren que el corazón de cuándo y por qué funciona la gratitud es cuando es genuino. Por lo tanto, no hay necesidad de que las personas pretendan sentir más gratitud de la que realmente sienten, o fingir que la otra persona fue más increíble de lo que realmente fue.

En cambio, cuando las personas quieren mostrar gratitud, el mejor consejo es que lo expresen cuando lo sientan y se concentren en cosas específicas que hizo la otra persona. Quizás completó una tarea temprano o de una manera particularmente creativa; o tal vez tomaron a un colega joven bajo su protección. Al ser específico sobre lo que encontraste particularmente bueno o digno de mención sobre las acciones de la persona, es más fácil hacer que se sienta valorada, y hay poco riesgo de exagerar con las gracias. La gratitud basada en la realidad es la mejor manera de hacer que una persona se sienta valorada.

HAZLO PÚBLICAMENTE 

En algunos casos, las expresiones de gratitud pueden ser aún más efectivas cuando se hacen públicamente. Los agradecimientos en correos electrónicos grupales, mensajes de WhatsApp o reuniones en persona envían al menos 2 señales importantes: primero, las personas aprenden que la persona agradecida nota y reconoce las contribuciones de los demás, y eso es atractivo. En segundo lugar, las personas aprenden que la persona a la que se le agradece es generosa y están interesadas en conocerla y dispuestas a ayudarla. 

En un experimento, los participantes vieron un video de un extraño que usaba una cámara web para grabar un mensaje para otra persona (que no aparecía en el video); a veces era una expresión de gratitud, otras no. Les pedimos a los participantes que calificaran su interés en conocer a ambas personas, del tipo: “Me gustaría pasar tiempo con la persona» y «Me veo siendo amigo de la persona», en una escala de 0 (nada cierto) a 6 (muy cierto).

Los participantes estaban significativamente más interesados ​​en conocer a las personas en videos donde se expresaba gratitud – y no sólo a la persona agradecida, sino también a la persona a la que se le agradecía. Por ejemplo, en los casos en que no se expresó gratitud, los participantes calificaron su interés en conocer a la persona invisible en 3,7. En los casos en que se expresó agradecimiento, esa cifra se elevó a 4,6.

Fuente: Espacio Mutuo.