Existe un nuevo virus que al parecer se está propagando tanto en niños y adolescentes como en adultos: el aburrimiento.
Todo comenzó en pandemia. Durante los meses de aislamiento, muchas personas (adultas) reportaron sentirse aburridos, algo que probablemente explique a su vez la falta de compromiso que muchos trabajadores sienten con su trabajo aún hoy en día. En fechas recientes, sin embargo, los adolescentes también han señalado sentirse más aburridos que antes.
Nadie quiere estar aburrido, pero la mayoría de las personas no sabe que el aburrimiento puede ser una fuente útil de información. Las investigaciones revelan que el aburrimiento nace motivado por diversas razones y que saber cuál es su origen puede ayudarnos a tomar mejores decisiones sobre la manera en que invertimos nuestro tiempo -o, al menos, para replantear nuestras actividades de tal modo que sean más gratificantes-.
Aquí enumeramos algunas recomendaciones para que la ciencia del aburrimiento funcione para ti.
ENTIENDE LA CAUSA.
Erin Westgate, investigadora de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, ha pasado años investigando diversos detonantes del aburrimiento.
En primer lugar, podemos aburrirnos cuando estamos en una situación en la que no somos capaces de prestar atención porque la actividad que estamos realizando es demasiado fácil o demasiado difícil. “Para que podamos poner nuestra atención en algo y mantenerla, es necesario que exista un equilibrio entre las exigencias cognitivas y los recursos cognitivos”, explica la experta. En otras palabras, las exigencias de la actividad tienen que coincidir con lo que nuestro cerebro sea capaz de aportar en un determinado momento.
Es común que cuando lo que estamos haciendo nos parece demasiado fácil, no logremos concentrarnos y esta falta de atención origine aburrimiento, “como cuando estás en una reunión donde tu jefe habla del mismo tema por enésima vez y tú simplemente te desconectas”, señala Karen Gasper, psicóloga de la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos. También podemos sentir aburrimiento cuando lo que estamos haciendo nos parece difícil y abrumador, como cuando tenemos que redactar un correo de trabajo y no sabemos por dónde empezar.
Asimismo, tal vez nos aburrimos cuando no creemos que la actividad tenga mucho sentido, o nos sentimos apáticos y frustrados cuando tenemos tiempo libre sin una meta clara por cumplir. Si sientes desinterés, Westgate recomenienda repasar las causas que explicarían qué es lo que incita tu aburrimiento. ¿Lo que estás haciendo es muy difícil o muy fácil? ¿Te parece que es un sinsentido? ¿No sabes qué hacer contigo mismo?
MODIFICA UNA TAREA FÁCIL O DIFÍCIL.
Ahora que ya sabes qué ocurre, haz algo para resolver el problema.
La mejor solución cuando estás aburrido es dejar de hacer lo que estás haciendo y hacer otra cosa, aunque siempre dependerá de la situación y cuánta flexibilidad te permite. El colegio, el trabajo y el cuidado de los demás a menudo requieren que hagamos tareas aburridas repetidamente. Para empeorar la situación, cuando sentimos que no podemos controlar nuestras acciones la falta de autonomía, el aburrimiento empeora, dice Westgate. Un estudio clásico encontró que la gente que escuchaba clases aburridas de manera obligatoria sentía que el tiempo avanzaba más lentamente que quienes habían elegido escucharlas.
Si la tarea que estás realizando parece demasiado sencilla, intenta algo nuevo o estimulante, recomienda Gasper. Si no tienes otra opción más que seguir realizando esa misma actividad, piensa en diversas maneras de añadirle complejidad o diversión: poner música, por ejemplo, puesto que escucharla “absorbe los recursos de atención adicionales con los que cuentas, de tal modo que, paradójicamente, puedes concentrarte mejor en esa actividad tan poco estimulante que estás realizando”.
Westgate recomendó que si estás aburrido porque lo que estás haciendo es demasiado difícil, es bueno dividir la tarea en partes más pequeñas con el fin de que la tarea se sienta más manejable. Plantéate el objetivo de redactar solo una sección de ese correo del trabajo antes de irte a comer.
OBSERVA EL PANORAMA COMPLETO.
Cuando una tarea no te resulta interesante, porque no crees que valga la pena, tal vez sea útil considerar cuál es su beneficio; es decir, de qué modo podría ayudarte a lograr objetivos más importantes, explica Westgate.
Por ejemplo, si a tu hija no le gustan las matemáticas, invítala a que piense de qué modo las matemáticas podrían ser provechosas para lo que le interesa en el futuro: ¿podrían mejorar su desempeño en el puesto de trabajo con el que sueña? Las investigaciones han revelado que este tipo de planteamiento ayuda a que los estudiantes se mantengan comprometidos y a que les vaya mejor en la escuela.
También resulta útil pensar cómo una tarea muy ingrata les puede servir a otras personas o cómo puede ayudar a construir una comunidad. Según Westgate, tienes la opción de pensar que ir al supermercado es una pérdida de tiempo innecesaria, o bien, que es una tarea que realizas para que tu familia esté saludable y bien alimentada: “Piensa en ella como algo que tiene importancia”.
Dicho todo esto, si ves que constantemente te aburre lo que estás haciendo, es bueno reflexionar si hay alguna forma de eludir esas tareas, tal vez delegándolas o cambiando de profesión, sostiene Westgate. El aburrimiento frecuente también puede ser un signo de depresión, añade; así que si te das cuenta de que casi no disfrutas tus actividades -sobre todo si antes te gustaban-, mejor habla con tu médico.
APAGA TU CELULAR.
Es imposible no preguntarse cuál es el rol de los celulares y las redes sociales en el aburrimiento.
¿Navegamos tanto por Instagram porque estamos aburridos? ¿O quizás la gratificación instantánea que obtenemos podría hacernos sentir más aburridos cuando intentamos realizar actividades cotidianas? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero algunas investigaciones revelan que, pese a que recurrimos al teléfono para paliar el aburrimiento, la tecnología también puede hacer que nos sintamos más aburridos.
La tecnología también pueda hacer que no respondamos de una manera constructiva ante el aburrimiento.“Si en vez de enfrentarla, constantemente estás mitigando esa sensación de aburrimiento con cosas como el teléfono, creo que eso impide que veamos un mensaje muy útil”, señala la experta. Además, si cada vez que estás aburrido buscas el teléfono, eso estaría evitando que encuentres algo más satisfactorio.
Hacer una lista mental de las actividades que casi siempre te parecen satisfactorias, a las que puedes acudir cuando no se te ocurre qué hacer (como leer, tocar algún instrumento, dibujar, tejer o cualquier otro pasatiempo) es una gran solución para evitar los teléfonos por costumbre – aunque está bien si quieres hacer algo en el teléfono que sea relevante para ti, como comunicarte con algún amigo o hacer un crucigrama.
4 consejos para dominar el aburrimiento (y evitar que te domine a ti)
Todo comenzó en pandemia. Durante los meses de aislamiento, muchas personas (adultas) reportaron sentirse aburridos, algo que probablemente explique a su vez la falta de compromiso que muchos trabajadores sienten con su trabajo aún hoy en día. En fechas recientes, sin embargo, los adolescentes también han señalado sentirse más aburridos que antes.
Nadie quiere estar aburrido, pero la mayoría de las personas no sabe que el aburrimiento puede ser una fuente útil de información. Las investigaciones revelan que el aburrimiento nace motivado por diversas razones y que saber cuál es su origen puede ayudarnos a tomar mejores decisiones sobre la manera en que invertimos nuestro tiempo -o, al menos, para replantear nuestras actividades de tal modo que sean más gratificantes-.
Aquí enumeramos algunas recomendaciones para que la ciencia del aburrimiento funcione para ti.
Erin Westgate, investigadora de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, ha pasado años investigando diversos detonantes del aburrimiento.
En primer lugar, podemos aburrirnos cuando estamos en una situación en la que no somos capaces de prestar atención porque la actividad que estamos realizando es demasiado fácil o demasiado difícil. “Para que podamos poner nuestra atención en algo y mantenerla, es necesario que exista un equilibrio entre las exigencias cognitivas y los recursos cognitivos”, explica la experta. En otras palabras, las exigencias de la actividad tienen que coincidir con lo que nuestro cerebro sea capaz de aportar en un determinado momento.
Es común que cuando lo que estamos haciendo nos parece demasiado fácil, no logremos concentrarnos y esta falta de atención origine aburrimiento, “como cuando estás en una reunión donde tu jefe habla del mismo tema por enésima vez y tú simplemente te desconectas”, señala Karen Gasper, psicóloga de la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos. También podemos sentir aburrimiento cuando lo que estamos haciendo nos parece difícil y abrumador, como cuando tenemos que redactar un correo de trabajo y no sabemos por dónde empezar.
Asimismo, tal vez nos aburrimos cuando no creemos que la actividad tenga mucho sentido, o nos sentimos apáticos y frustrados cuando tenemos tiempo libre sin una meta clara por cumplir. Si sientes desinterés, Westgate recomenienda repasar las causas que explicarían qué es lo que incita tu aburrimiento. ¿Lo que estás haciendo es muy difícil o muy fácil? ¿Te parece que es un sinsentido? ¿No sabes qué hacer contigo mismo?
Ahora que ya sabes qué ocurre, haz algo para resolver el problema.
La mejor solución cuando estás aburrido es dejar de hacer lo que estás haciendo y hacer otra cosa, aunque siempre dependerá de la situación y cuánta flexibilidad te permite. El colegio, el trabajo y el cuidado de los demás a menudo requieren que hagamos tareas aburridas repetidamente. Para empeorar la situación, cuando sentimos que no podemos controlar nuestras acciones la falta de autonomía, el aburrimiento empeora, dice Westgate. Un estudio clásico encontró que la gente que escuchaba clases aburridas de manera obligatoria sentía que el tiempo avanzaba más lentamente que quienes habían elegido escucharlas.
Si la tarea que estás realizando parece demasiado sencilla, intenta algo nuevo o estimulante, recomienda Gasper. Si no tienes otra opción más que seguir realizando esa misma actividad, piensa en diversas maneras de añadirle complejidad o diversión: poner música, por ejemplo, puesto que escucharla “absorbe los recursos de atención adicionales con los que cuentas, de tal modo que, paradójicamente, puedes concentrarte mejor en esa actividad tan poco estimulante que estás realizando”.
Westgate recomendó que si estás aburrido porque lo que estás haciendo es demasiado difícil, es bueno dividir la tarea en partes más pequeñas con el fin de que la tarea se sienta más manejable. Plantéate el objetivo de redactar solo una sección de ese correo del trabajo antes de irte a comer.
Cuando una tarea no te resulta interesante, porque no crees que valga la pena, tal vez sea útil considerar cuál es su beneficio; es decir, de qué modo podría ayudarte a lograr objetivos más importantes, explica Westgate.
Por ejemplo, si a tu hija no le gustan las matemáticas, invítala a que piense de qué modo las matemáticas podrían ser provechosas para lo que le interesa en el futuro: ¿podrían mejorar su desempeño en el puesto de trabajo con el que sueña? Las investigaciones han revelado que este tipo de planteamiento ayuda a que los estudiantes se mantengan comprometidos y a que les vaya mejor en la escuela.
También resulta útil pensar cómo una tarea muy ingrata les puede servir a otras personas o cómo puede ayudar a construir una comunidad. Según Westgate, tienes la opción de pensar que ir al supermercado es una pérdida de tiempo innecesaria, o bien, que es una tarea que realizas para que tu familia esté saludable y bien alimentada: “Piensa en ella como algo que tiene importancia”.
Dicho todo esto, si ves que constantemente te aburre lo que estás haciendo, es bueno reflexionar si hay alguna forma de eludir esas tareas, tal vez delegándolas o cambiando de profesión, sostiene Westgate. El aburrimiento frecuente también puede ser un signo de depresión, añade; así que si te das cuenta de que casi no disfrutas tus actividades -sobre todo si antes te gustaban-, mejor habla con tu médico.
Es imposible no preguntarse cuál es el rol de los celulares y las redes sociales en el aburrimiento.
¿Navegamos tanto por Instagram porque estamos aburridos? ¿O quizás la gratificación instantánea que obtenemos podría hacernos sentir más aburridos cuando intentamos realizar actividades cotidianas? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero algunas investigaciones revelan que, pese a que recurrimos al teléfono para paliar el aburrimiento, la tecnología también puede hacer que nos sintamos más aburridos.
La tecnología también pueda hacer que no respondamos de una manera constructiva ante el aburrimiento. “Si en vez de enfrentarla, constantemente estás mitigando esa sensación de aburrimiento con cosas como el teléfono, creo que eso impide que veamos un mensaje muy útil”, señala la experta. Además, si cada vez que estás aburrido buscas el teléfono, eso estaría evitando que encuentres algo más satisfactorio.
Hacer una lista mental de las actividades que casi siempre te parecen satisfactorias, a las que puedes acudir cuando no se te ocurre qué hacer (como leer, tocar algún instrumento, dibujar, tejer o cualquier otro pasatiempo) es una gran solución para evitar los teléfonos por costumbre – aunque está bien si quieres hacer algo en el teléfono que sea relevante para ti, como comunicarte con algún amigo o hacer un crucigrama.
Archivos
Categorías
Noticias Recientes