No hay que ser experto para saber que la salud mental se ha visto afectada negativamente durante la pandemia. Pero lo que pocos intuyen es cuán complicada puede ser la transición de regreso a una vida pre-pandémica, y la ansiedad que puede generar ver cómo las medidas sanitarias se relajan más y más.
Si bien el estrés, el miedo, la preocupación, la tristeza, el cansancio y el entumecimiento son respuestas emocionales normales y esperadas ante una crisis de salud como la que estamos experimentando, el impacto en nuestra salud mental no puede pasarse por alto. A medida que más personas se vacunan por completo y las ciudades comienzan a reabrirse, es importante aprender a sobrellevar la situación – ¡y disfrutarla como corresponde!
EL TEMOR DE VOLVER
Durante más de un año, nos han dicho que las mascarillas son vitales porque nos protegen. Hemos sido entrenados para temer al virus y, para muchas personas, eso no es algo vaya a desaparecer de la noche a la mañana.
Por supuesto, algunas personas están ansiosas por sentirse finalmente libres y volver a la forma en que vivíamos antes, sin distanciamiento ni mascarillas. “Sin embargo, para otros, el levantamiento de las restricciones crea miedo y ansiedad”, dice la Dra. Lisa MacLean, psiquiatra en Henry Ford Health System en Estados Unidos. “También nos han dicho que nos aisláramos de las personas, por lo que de todas maneras nos va a generar estrés”, agregó, y señaló que “no saber quién ha sido vacunado o no le suma una ansiedad adicional”.
Para superar la ansiedad de la reapertura, “retrocede y haz una pausa”, pero recuerda estar al día con las últimas directrices de las autoridades sanitarias y “permítete tomar las cosas con calma”, recomienda la experta, enfatizando la necesidad de “respetar que todos puedan estar en un lugar diferente cuando se trata de usar mascarillas”, pero recordándonos que hay que “ser abierto y tratar de no doblarse bajo la presión social”.
“Va a tomar tiempo para que las personas se sientan cómodas de nuevo y, para algunas, es posible que continúen usando mascarillas indefinidamente”, dijo. “Sólo con el tiempo -y mientras las personas vean que los números de COVID continúan disminuyendo- la ansiedad se reducirá y las personas se sentirán más cómodas”, explica. “Tendremos que pasar por una etapa incómoda antes de volver a sentirnos cómodos”, sentencia la doctora MacLean.
RECONOCE EL IMPACTO DE LA SALUD MENTAL
Algunas de las condiciones de salud mental experimentadas durante la pandemia son “ansiedad, trastornos relacionados con el trauma, depresión, violencia doméstica, trastornos por abuso de sustancias e incluso suicidio”, dijo la Dra. MacLean, y agregó que “en este momento, es fundamental que las personas reconozcan el estrés de la pandemia”.
¿Pero cuáles son los síntomas del estrés y cómo afectan a la salud mental? Revisa esta lista y considera cuáles aplican a ti.
Ansiedad.
Sentirse impotente.
Baja motivación.
Sensación de cansancio o agotamiento.
Tristeza.
Mala concentración.
Insomnio.
“Para algunos trabajadores de primera línea que han sido testigos de un alto volumen de muertes, es posible que vean un trastorno de estrés agudo, un trastorno de estrés postraumático [PTSD] o estrés traumático secundario”, dijo. “También se han visto muchos casos de fatiga por compasión y agotamiento por estrés crónico en el lugar de trabajo y la exposición a eventos traumáticos relacionados con la pandemia de COVID-19”.
PRÉSTALE ATENCIÓN AL ESTRÉS POST TRAUMÁTICO
Incluso después de que termine la pandemia, “las consecuencias de la pandemia en la salud mental seguirán aumentando”, dijo la Dra. MacLean. “La historia ha demostrado que el impacto de un desastre en la salud mental dura más que el impacto físico, lo que sugiere que la elevada necesidad de salud mental actual continuará mucho más allá del brote de coronavirus en sí mismo”.
Además, “muchas comunidades están experimentando un aumento de la violencia doméstica, la sobredosis de drogas y el suicidio”, dijo, y agregó que “en algunas áreas, la salud mental y el uso de líneas telefónicas directas para el suicidio han aumentado dramáticamente”.
NO TODOS LOS PACIENTES SON IGUALES
“Las mujeres y las personas de color parecen verse más afectadas negativamente”, dijo la experta. “El impacto de la pandemia en los determinantes sociales de la salud como el empleo, los niveles de ingresos, la vivienda y la seguridad alimentaria ha amenazado la supervivencia básica de las personas”, añadió.
“La exacerbación de los determinantes sociales de la salud durará años y tendrá una implicación negativa a largo plazo para la salud mental”, explica.
TEN CONSCIENCIA DE LA FATIGA PANDÉMICA
“La gente se está cansando del distanciamiento físico, el uso de mascarillasy otras medidas de control de la pandemia”, dijo la doctora MacLean. “Muchos se sienten agotados después de meses de gastar más tiempo y energía lidiando con nuestro nuevo estilo de vida pandémico y todas las luchas que ha provocado”.
Encontrar formas efectivas de abordar esta fatiga y revitalizar la vigilancia pública es un desafío creciente para controlar la propagación del virus. Desafortunadamente, esta fatiga también puede provocarestrés, que con el tiempo puede resultar en agotamiento, ira y ansiedad.
EL SUEÑO SE PUEDE VER INTERRUMPIDO
“El problema del corona-insomnio es real y generalizado, y parece estar afectando a personas de todas las edades», dice la doctora MacLean. Algunos expertos creen que el coronavirus ha provocado una pandemia secundaria de insomnio, probablemente relacionada con el estrés y la ansiedad.
“Otro factor que contribuye es la pérdida de las rutinas normales. Apenas salimos de casa, y las muchas cosas que nos conectaban con el mundo en general -como películas, restaurantes y otros lugares sociales- se han visto afectadas negativamente”, agregó. “Para muchos, nuestras vidas se han vuelto repetitivas. Carecemos de estimulación y actividades, y esto contribuye a nuestro mal sueño».
Desafortunadamente, cuanto más no puedes dormir, más te preocupas y duermes aún menos… Más que nunca, es importante tener una buena higiene del sueño para controlar y prevenir el insomnio.
SE PUEDE LIDIAR CON LA RABIA PANDÉMICA
Todos estamos frustrados porque después de un año de seguir las reglas, la pandemia todavía está aquí y ha cambiado significativamente nuestras vidas. Este cambio es difícil de aceptar y, para muchos, ha causado una gran angustia y sufrimiento.
“Es importante para nosotros reconocer nuestro enojo, pero también dar un paso atrás – el enojo es a menudo una emoción secundaria que surge del miedo, la impotencia, la depresión y la ansiedad”, dijo la doctora MacLean. «Necesitamos ser conscientes y aprender a sentirnos cómodos con los sentimientos de enojo, pero no atacar de manera agresiva, lo que sólo empeora las cosas».
Este es el momento en que más necesitas inclinarte hacia el cuidado personal. Técnicas de distracción, el ejercicio o simplemente darte un descanso de tu interminable lista de tareas pendientes son buenas formas de manejar tus sentimientos negativos.
TODAS LAS EDADES SE VEN AFECTADAS
Los niños se han visto afectados por la falta de estructura relacionada con la educación en el hogar. Necesitan horarios, reglas predecibles y expectativas establecidas, por lo que no es raro ver una exacerbación de sus problemas de comportamiento, ahora que todas sus rutinas se han visto interrumpidas.
Para los escolares y universitarios, existe una creciente preocupación por la pérdida de conexión. “El cierre de los campus y el aprendizaje en línea ha afectado el sentido de pertenencia de las personas, lo que puede provocar un aumento de la ansiedad y la depresión”, explica la experta.
Además, para los adultos, existe el estrés de tratar de mantener a una familia, los niños que ahora se educan en casa y el estrés financiero, además de que muchos han experimentado la pérdida del empleo o la inseguridad de ingresos. Por si fuera poco, “las tasas de depresión y ansiedad son peores y más graves para las madres con hijos que para los padres”, dice MacLean.
ENCUENTRA MANERAS DE SUPERAR TUS OBSTÁCULOS
El distanciamiento físico no significa que no puedas salir: “sentir la luz del sol en la cara y respirar aire fresco puede ser rejuvenecedor”, dice la doctora.
Otros mecanismos de afrontamiento incluyen conectarse con los demás, tomarse un descanso de las noticias, ceñirse a un horario o rutina, ser amable con uno mismo y concentrarse «en lo básico, como el ejercicio, la hidratación y la buena nutrición», explicó. El lado positivo es que la pandemia ha creado un espacio en nuestras vidas para desacelerar, pasar tiempo con nuestra familia inmediata, reenfocarnos en lo que es importante y conectarnos unos con otros de nuevas formas.
“Para algunos, existe un crecimiento postraumático, en el que vemos que las personas se vuelven más resilientes, se enfrentan con eficacia a los desafíos y encuentran nuevos recursos que no sabían que existían”, agregó la doctora MacLean.
AYUDA A OTROS QUE TAMBIÉN ESTÁN SUFRIENDO
“Lo más importante que puedes hacer para cuidar a los demás es tomarse un tiempo para cuidar de ti mismo”, dice la doctora MacLean, y agregó que “algunas cosas no se cancelan: empatía, cariño, consideración, amabilidad y fe en la humanidad”.
Asegúrate de estar cerca y mantenerse conectado. Piensa en tus vecinos mayores y ayuda cuando puedas: reparte comidas, aporta con el cuidado de su jardín o incluso ayúdalos a llevar la basura a la calle. “Encuentra formas de servir a los demás”, concluye la experta.
Las 8 cosas que tu doctor quiere que sepas sobre la ansiedad post COVID
Si bien el estrés, el miedo, la preocupación, la tristeza, el cansancio y el entumecimiento son respuestas emocionales normales y esperadas ante una crisis de salud como la que estamos experimentando, el impacto en nuestra salud mental no puede pasarse por alto. A medida que más personas se vacunan por completo y las ciudades comienzan a reabrirse, es importante aprender a sobrellevar la situación – ¡y disfrutarla como corresponde!
EL TEMOR DE VOLVER
Durante más de un año, nos han dicho que las mascarillas son vitales porque nos protegen. Hemos sido entrenados para temer al virus y, para muchas personas, eso no es algo vaya a desaparecer de la noche a la mañana.
Por supuesto, algunas personas están ansiosas por sentirse finalmente libres y volver a la forma en que vivíamos antes, sin distanciamiento ni mascarillas. “Sin embargo, para otros, el levantamiento de las restricciones crea miedo y ansiedad”, dice la Dra. Lisa MacLean, psiquiatra en Henry Ford Health System en Estados Unidos. “También nos han dicho que nos aisláramos de las personas, por lo que de todas maneras nos va a generar estrés”, agregó, y señaló que “no saber quién ha sido vacunado o no le suma una ansiedad adicional”.
Para superar la ansiedad de la reapertura, “retrocede y haz una pausa”, pero recuerda estar al día con las últimas directrices de las autoridades sanitarias y “permítete tomar las cosas con calma”, recomienda la experta, enfatizando la necesidad de “respetar que todos puedan estar en un lugar diferente cuando se trata de usar mascarillas”, pero recordándonos que hay que “ser abierto y tratar de no doblarse bajo la presión social”.
“Va a tomar tiempo para que las personas se sientan cómodas de nuevo y, para algunas, es posible que continúen usando mascarillas indefinidamente”, dijo. “Sólo con el tiempo -y mientras las personas vean que los números de COVID continúan disminuyendo- la ansiedad se reducirá y las personas se sentirán más cómodas”, explica. “Tendremos que pasar por una etapa incómoda antes de volver a sentirnos cómodos”, sentencia la doctora MacLean.
RECONOCE EL IMPACTO DE LA SALUD MENTAL
Algunas de las condiciones de salud mental experimentadas durante la pandemia son “ansiedad, trastornos relacionados con el trauma, depresión, violencia doméstica, trastornos por abuso de sustancias e incluso suicidio”, dijo la Dra. MacLean, y agregó que “en este momento, es fundamental que las personas reconozcan el estrés de la pandemia”.
¿Pero cuáles son los síntomas del estrés y cómo afectan a la salud mental? Revisa esta lista y considera cuáles aplican a ti.
“Para algunos trabajadores de primera línea que han sido testigos de un alto volumen de muertes, es posible que vean un trastorno de estrés agudo, un trastorno de estrés postraumático [PTSD] o estrés traumático secundario”, dijo. “También se han visto muchos casos de fatiga por compasión y agotamiento por estrés crónico en el lugar de trabajo y la exposición a eventos traumáticos relacionados con la pandemia de COVID-19”.
Incluso después de que termine la pandemia, “las consecuencias de la pandemia en la salud mental seguirán aumentando”, dijo la Dra. MacLean. “La historia ha demostrado que el impacto de un desastre en la salud mental dura más que el impacto físico, lo que sugiere que la elevada necesidad de salud mental actual continuará mucho más allá del brote de coronavirus en sí mismo”.
Además, “muchas comunidades están experimentando un aumento de la violencia doméstica, la sobredosis de drogas y el suicidio”, dijo, y agregó que “en algunas áreas, la salud mental y el uso de líneas telefónicas directas para el suicidio han aumentado dramáticamente”.
“Las mujeres y las personas de color parecen verse más afectadas negativamente”, dijo la experta. “El impacto de la pandemia en los determinantes sociales de la salud como el empleo, los niveles de ingresos, la vivienda y la seguridad alimentaria ha amenazado la supervivencia básica de las personas”, añadió.
“La exacerbación de los determinantes sociales de la salud durará años y tendrá una implicación negativa a largo plazo para la salud mental”, explica.
“La gente se está cansando del distanciamiento físico, el uso de mascarillas y otras medidas de control de la pandemia”, dijo la doctora MacLean. “Muchos se sienten agotados después de meses de gastar más tiempo y energía lidiando con nuestro nuevo estilo de vida pandémico y todas las luchas que ha provocado”.
Encontrar formas efectivas de abordar esta fatiga y revitalizar la vigilancia pública es un desafío creciente para controlar la propagación del virus. Desafortunadamente, esta fatiga también puede provocar estrés, que con el tiempo puede resultar en agotamiento, ira y ansiedad.
“El problema del corona-insomnio es real y generalizado, y parece estar afectando a personas de todas las edades», dice la doctora MacLean. Algunos expertos creen que el coronavirus ha provocado una pandemia secundaria de insomnio, probablemente relacionada con el estrés y la ansiedad.
“Otro factor que contribuye es la pérdida de las rutinas normales. Apenas salimos de casa, y las muchas cosas que nos conectaban con el mundo en general -como películas, restaurantes y otros lugares sociales- se han visto afectadas negativamente”, agregó. “Para muchos, nuestras vidas se han vuelto repetitivas. Carecemos de estimulación y actividades, y esto contribuye a nuestro mal sueño».
Desafortunadamente, cuanto más no puedes dormir, más te preocupas y duermes aún menos… Más que nunca, es importante tener una buena higiene del sueño para controlar y prevenir el insomnio.
Todos estamos frustrados porque después de un año de seguir las reglas, la pandemia todavía está aquí y ha cambiado significativamente nuestras vidas. Este cambio es difícil de aceptar y, para muchos, ha causado una gran angustia y sufrimiento.
“Es importante para nosotros reconocer nuestro enojo, pero también dar un paso atrás – el enojo es a menudo una emoción secundaria que surge del miedo, la impotencia, la depresión y la ansiedad”, dijo la doctora MacLean. «Necesitamos ser conscientes y aprender a sentirnos cómodos con los sentimientos de enojo, pero no atacar de manera agresiva, lo que sólo empeora las cosas».
Este es el momento en que más necesitas inclinarte hacia el cuidado personal. Técnicas de distracción, el ejercicio o simplemente darte un descanso de tu interminable lista de tareas pendientes son buenas formas de manejar tus sentimientos negativos.
Los niños se han visto afectados por la falta de estructura relacionada con la educación en el hogar. Necesitan horarios, reglas predecibles y expectativas establecidas, por lo que no es raro ver una exacerbación de sus problemas de comportamiento, ahora que todas sus rutinas se han visto interrumpidas.
Para los escolares y universitarios, existe una creciente preocupación por la pérdida de conexión. “El cierre de los campus y el aprendizaje en línea ha afectado el sentido de pertenencia de las personas, lo que puede provocar un aumento de la ansiedad y la depresión”, explica la experta.
Además, para los adultos, existe el estrés de tratar de mantener a una familia, los niños que ahora se educan en casa y el estrés financiero, además de que muchos han experimentado la pérdida del empleo o la inseguridad de ingresos. Por si fuera poco, “las tasas de depresión y ansiedad son peores y más graves para las madres con hijos que para los padres”, dice MacLean.
El distanciamiento físico no significa que no puedas salir: “sentir la luz del sol en la cara y respirar aire fresco puede ser rejuvenecedor”, dice la doctora.
Otros mecanismos de afrontamiento incluyen conectarse con los demás, tomarse un descanso de las noticias, ceñirse a un horario o rutina, ser amable con uno mismo y concentrarse «en lo básico, como el ejercicio, la hidratación y la buena nutrición», explicó. El lado positivo es que la pandemia ha creado un espacio en nuestras vidas para desacelerar, pasar tiempo con nuestra familia inmediata, reenfocarnos en lo que es importante y conectarnos unos con otros de nuevas formas.
“Para algunos, existe un crecimiento postraumático, en el que vemos que las personas se vuelven más resilientes, se enfrentan con eficacia a los desafíos y encuentran nuevos recursos que no sabían que existían”, agregó la doctora MacLean.
“Lo más importante que puedes hacer para cuidar a los demás es tomarse un tiempo para cuidar de ti mismo”, dice la doctora MacLean, y agregó que “algunas cosas no se cancelan: empatía, cariño, consideración, amabilidad y fe en la humanidad”.
Asegúrate de estar cerca y mantenerse conectado. Piensa en tus vecinos mayores y ayuda cuando puedas: reparte comidas, aporta con el cuidado de su jardín o incluso ayúdalos a llevar la basura a la calle. “Encuentra formas de servir a los demás”, concluye la experta.
Fuente: Espacio Mutuo
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